
El joven asesinado en la noche del domingo era hermano de uno de los capos del barrio “El Sapito”
En la madrugada del domingo 27 de enero, Alessandro Darío Almada de 20 años, alias “Chacha” fue capturado tras una intensa búsqueda de la policía.
Almada está acusado de asesinar de un disparo de arma de fuego a Leandro González. El hecho ocurrió en el “corazón” del barrio El Sapito, como desenlace de una serie de altercados que víctima y victimario habrían tenido días previos al crimen.
Almada tras cometer el homicidio se dio a la fuga, pero a raíz de las tareas investigativas de la policía pudieron localizarlo en inmediaciones de calle Avellaneda y las vías del ferrocarril, en la zona del barrio Las Tablitas. Junto con él hallaron una pistola 380 con cartuchería, que los investigadores presumen habría usado para asesinar a González.
Con el correr de los días se supo que el joven asesinado, Leandro González, era hermano de Antonio Ariel “Lola” González, quien supo ser uno de los capos y jefes del barrio El Sapito, pero actualmente se encuentra en la cárcel cumpliendo una condena de cinco año de prisión.
El imperio de “Lola” González se destronó en noviembre del 2021, luego de 30 allanamientos en el marco de una causa por Asociación Ilícita que fue llevada adelante por el entonces jefe de la División Criminalística – hoy titular de la Departamental Concordia – José María Rosatelli, bajo las directivas de los fiscales Francisco Azcué y Daniela Montangie.
Los procedimientos fueron el resultado de una investigación a raíz de que, en ese momento, los barrios El Sapito y José Hernández eran los territorios más calientes de la ciudad por la disputa entre dos grupos dedicados centralmente al narcotráfico.
En distintos hechos se observó la misma modalidad: personas que pasaban en motos y abrían fuego contra las víctimas o sus viviendas, con armas de grueso calibre. Los enfrentamientos iban dejando varios heridos y, al menos, un muerto: Alexander Gastón Kobar, acribillado cuando caminaba desprevenido por la calle.
Quien estaba al frente de esos episodios de violencia era Antonio Ariel González, que había conformado una organización junto a Pablo Ojeda, Johana Gómez, Emanuel Pepón Luna Pepón, Maximiliano Bonasola, y Sergio Viru González.
Se trataba de una banda que se encargaba de comercializar al menudeo y distribuir estupefacientes, financiar, proveer de armas de fuego y municiones a miembros de la banda para asegurar la comisión de delitos y el control de la jurisdicción.
Pero eso no era todo, la banda tenía otros eslabones con la participación de menores de edad. Un segundo grupo tenían por tarea resguardar la droga y dinero recaudado como así también de fraccionar y comercializar al menudeo los mismos.
La tercera rama de la asociación ilícita era la más violenta de todas, el brazo armado, ya que tenía por labor brindar protección a los miembros de la organización y se encargan de realizar las tareas necesarias para perpetrar los delitos ejecutados por la asociación, aseguramiento y encubrimiento, tanto como de procurar la impunidad actuando como brazo armado de la empresa criminal.