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El rol de los referentes de la UOCRA en los enfrentamientos entre bandas armadas

Ramón Monzón, Daniel Carrasco y Gustavo Zaragoza, son conocidos dirigentes de la UOCRA Concordia. Fueron detenidos por la policía, luego de ser investigados por primera vez en profundidad después de más de dos décadas  cometiendo delitos y  por estar vinculados a enfrentamientos entre bandas armadas.

Los tres tienen una histórica ligazón con la Uocra y tuvieron durante los mandatos del ex gobernador Sergio Urrbibarri,  un crecimiento estructural teniendo personas a su cargo, además de un importante crecimiento económico con autos 0KM, por ejemplo.

También están sindicados de  amenazar, amedrentar y ejercer el poder que tenían a nivel provincial sobre personas vinculadas al gremio que no seguían su línea.

El pasado viernes 16 de febrero, un centro médico de Concordia vinculado al sindicato de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) fue allanado por la justicia y la policía, en el marco de una investigación por una serie de balaceras entre bandas que estarían vinculadas a la venta de drogas.

En ese  operativo fueron detenidos dos personas con nexos desde hace muchos años al gremio de la construcción. Se trata de Daniel Carrasco y Gustavo Zaragoza, quienes cayeron detenidos junto a Andrés Monzón, hermano de Ramón Monzón.

Ramón también había sido detenido por la policía en diciembre del 2023 tras un mega operativo de 17 allanamientos. Las pericias realizadas sobre su celular aportaron pruebas para llegar a personas sindicadas de ejercer un “escenario de inusitada violencia” en Concordia.

Entre esas personas se encontraban Andrés y Rodrigo Monzón, ambos hermanos de Ramón, Ignacio Monzón (hijo de Ramón Monzón), Danilo Gauto y Enzo Escalante. Todos ellos formaban una Asociación Ilícita que amedrentaban e imponían miedo sobre las personas con los que tenían algún tipo de conflicto teniendo como  trasfondo la defensa del territorio para el tráfico de drogas.

Mientras que  Daniel Carrasco y Gustavo Zaragoza, eran los encargados de proveer las armas con las que se cometían y efectúan las balaceras en distintas zonas de la ciudad.

Su poderío se terminó luego de que la División Criminalística bajo las directivas de los fiscales José Arias y Daniela Montangie, realizara una extensa y exitosa investigación que permitió detenerlos.

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